6 Razones por las que me Enamoré de Botswana

Acabo de aterrizar de Botswana y, como en la media docena de ocasiones que he visitado este paraíso de África austral, me ha vuelto a dar la sensación de que ha sido una estancia demasiado corta.

La gente siempre me pregunta por qué me encanta Botswana y acostumbro a dar respuestas bastante genéricas, su naturaleza salvaje, la amabilidad de su gente… Sintiendo haber dejado en África una nueva parte de mi persona, me he puesto a pensar en qué es lo que tiene este país que tanto me cautiva. En lugar de la típica lista de actividades o destinos que no te puedes perder, me gustaría compartir los momentos más destacados que han desempeñado un papel clave en mi historia de amor con Botswana.

1. Puesta de Sol a Bordo de una Silenciosa Mokoro

Mis primeros recuerdos de Botswana son navegando en silencio por los canales del delta del Okavango en una mokoro de madera (canoa típica de la región). Cargados con tiendas de campaña y suministros para pasar varias noches acampados en una de las miles de islas de este laberinto natural de papiro y juncos, si cierro los ojos, aún recuerdo el estrellado cielo nocturno que me quitó el aliento.

2. Vivir la Naturaleza de Cerca

Según dicen, cuando somos jóvenes hacemos imprudencias. En mi caso no es que lo buscara pero hace ya casi 12 años que el concurrido tráfico fluvial en el río Chobe dejó nuestro pequeño bote a motor varado sin posibilidad de retroceder. Yo tumbado en la proa, un enorme elefante macho de unos 30 años empezó a acercarse hasta unos cinco metros de nosotros, casi tanto como su altura. La vista desde el suelo, espectacular. Por alguna razón lo que sentí en ese momento no fue temor ni miedo, respecto por la naturaleza, una sensación me acompaña cada vez que pienso en Botswana.

3. El Que Canta su Mal Espanta

Una mañana lluviosa en el delta del Okavango preferí no salir de safari y, en su lugar, decidí trabajar en el itinerario de unos clientes desde el lounge del campamento de lujo donde nos encontrábamos. Era temprano, casi las 6am y podía escuchar al personal charlando y riendo en la cocina. De repente rompieron a cantar con aportaciones individuales aquí y allí como si estuvieran teniendo una conversación musical. Al rato dejaron de cantar y rompieron en risas, la puerta de la cocina se abrió y, con una sonrisa de oreja a oreja una chica me dio los buenos días y preguntó si quería desayunar algo. “Por supuesto,” le respondí con una sonrisa infectada.

4. Habla de Política… si te Atreves

Botswana fue un protectorado británico hasta su independencia en 1966. Hasta entonces era uno de los países más pobres de África, y su hasta entonces capital Mafikeng estaba en Sudáfrica (!). En la actualidad encontramos a Botswana en los primeros puestos en listados internacionales de gobernabilidad, conservación, alfabetismo y en los últimos de crimen y corrupción. Una corta charla con un local y cualquier político o ciudadano occidental envidiará un gobierno tan querido por su electorado y con un organigrama tan plano que los ministros tienen obligación de contestar al teléfono a cualquier ciudadano que no haya podido resolver una cuestión administrativa.

5. Pula! [Lluvia]

Las arenas del desierto del Kalahari forma más del 70% de Botswana. Estas mismas tierras son ricas en minerales y diamantes pero el elemento más preciado del país es el agua. El agua llega a Botswana de dos formas, o a través de los ríos Okavango, Kwando y Zambezi que nacen en las colinas de Angola y son fuente de la diversidad de vida salvaje del norte del país o a través de las lluvias – pula, en setsuana. Al brindar en occidente deseamos salud, en Botswana, lluvia. Pula es también el nombre de la moneda del país. Una pula se divide en 100 thebe, y hasta hace poco le había dado el romántico significado de gota (hace un par de años descubrí que thebe significa el más aburrido y común escudo).

6. Conservación del Medioambiente

La semana pasada en Kasane, Tshekedi Khama, el ministro de Medioambiente, Naturaleza y Turismo del país nos dio la bienvenida al Botswana Tourism and Travel Expo. Tras el discurso formal, en un tono cordial nos comentó que acababa de volver de la reunión del G20 en Australia y que, después de escuchar al resto de países, se dio cuenta que Botswana estaba a “años luz” en temas de protección y conservación del medioambiente y la vida salvaje. No solo la caza comercial ha sido ilegalizada en el país, sino que la de subsistencia también, así como la tala de árboles (la madera de las mokoros ha sido reemplazada por fibra de vidrio). La estrategia turística del país es simple, alto rendimiento y bajo impacto [high yield/low impact], una política que asegura que futuras generaciones puedan disfrutar de la vida salvaje y ecosistemas que preceden al hombre. Al poner pie en los remotos espacios del delta del Okavango, Moremi, o el desierto del Kalahari siempre siento una humildad apabullante.

7. De Botswanos No Está el Mundo Lleno [Bonus]

Llevo más de una década viajando y viviendo por África austral y un elemento recurrente es la amabilidad y accesibilidad de sus habitantes. Vayas donde vayas te sientes bienvenido, es cierto. Los paisajes, su fauna y su legendario sol hacen a África especial, pero es su gente la que se te mete debajo de la piel. Y los botswanos, además, en el corazón. En un remoto campamento olvidado por la civilización te hacen sentir como en casa, parte de la familia, con interesantes conversaciones y genuino interés sobre tu persona. Sigo pensando sobre la razón que los convierte en un pueblo tan especial, quizás la baja influencia colonial en comparación con otros países africanos, el poco número de habitantes, ausencia histórica de conflictos armados… la verdad es que no importa, en cualquier caso los ciudadanos de Botswana son realmente especiales!