Ninguna Visita a Ciudad del Cabo Está Completa Sin Tomar el Té en el Mount Nelson Hotel

La hora del té en Sudáfrica es una tradición británica aún muy habitual. Ya sea en safari, en la ciudad o en la playa, la influencia de la época Victoriana dejó huella en su día y se ha convertido en una tradición conservada de generación en generación hasta la actualidad. El origen del término high tea es seguro, pero suele ser mucho más completo que el típico afternoon tea y servirse en la mesa en lugar de sillones o sofás.

High Tea en el Mount Nelson Hotel

Una tarde de verano de este marzo nos invitaron al Hotel Mount Nelson en Ciudad del Cabo para experimentar lo que se conoce como uno de los mejores high tea del mundo. Escritores, artistas y famosos de todo el planeta, han descrito la experiencia como “un placer que nadie puede perderse”. Y estoy de acuerdo. Los amantes del té tienen la oportunidad de escoger y saborear su selección de más de 24 tipos de infusiones, y los golosos empedernidos a deleitarse con la más fina repostería de dulces y pasteles de lujo.

La verdad es que el hotel no pasa desapercibido. Elegantes arcos y columnas blancas te dan la bienvenida al Mount Nelson Hotel, y una pendiente de baldosas ocres abre paso a una magnífica construcción colonial de color salmón pálido que recibe el cariñoso apodo “The Pink Lady” (la dama rosa).

Una vez dentro del hotel, no puedes dejar de admirar la opulenta decoración de antaño que te traslada en el tiempo. Te sientes como si de repente te hubieran transportado a la época Victoriana y tu vestimenta se hubiera transformado también en los elegantes atuendos que lucían las damas y caballeros de la alta sociedad de la época.

En la mesa central donde se encuentra el delicioso festín, centros de porcelana con flores exóticas y delicada mantelería, enjoyan la esplendida y refinada merienda. Puedes degustar sándwiches rellenos de roast beef, de salmón ahumado con crema de queso, de huevo y mayonesa, quiches de espinacas con feta o jamón y empanadillas de setas con bechamel. Si no tienes suficiente, le sigue una colección de deliciosos dulces incluyendo delicados pasteles de chocolate, merengue de limón, bollos horneados con crema y mermelada, macaroons multicolores, o melktert, típicas tartitas de leche Sudafricanas. Por supuesto también hay fruta fresca para los que preferían una opción más ligera, difícil selección, estás de vacaciones!

Para disfrutar del banquete vespertino puedes acomodarte en el distinguido lounge, los inmaculados jardines o el elegante conservatorio con vistas al exterior. Éste último es nuestro preferido. Para familias aconsejo el jardín, donde los más pequeños pueden jugar mientras los adultos conversan o disfrutan de esta isla de calma en el corazón de Ciudad del Cabo.

Una Experiencia que Recomiendo Repetir, y Repetir

Tan pronto como tomamos asiento Sydney, un simpático y pintoresco camarero, se presentó como el especialista en tés del hotel. Sus décadas de experiencia y conocimiento sobre infusiones le han proporcionado la habilidad de conectar diferentes personalidades y gustos, con cada uno de las infusiones que Mount Nelson ofrece en su carta. Después de escuchar su cautivadora exposición de tés, Jordi se decantó por la especialidad de la casa, el Mount Nelson Tea, mezcla de Darjeeling, Kenya, Assam, Keemun, Yunnan, Ceylon, y pétalos de rosas del jardín. Yo, por otro lado, y fiel a mi té favorito, un rooibos (arbusto Sudafricano) con especias que realzaban aún más su sabor.

Mientras Sydney nos enseñaba cómo sacar el mayor partido a nuestro té, nos dejamos llevar por la velada. Era tal y como nos lo habían contado. El lugar te envuelve en un ambiente de elegancia, romanticismo y entretenimiento que hace de la tarde algo imposible de olvidar.

Al fondo de la sala una pianista tocaba piezas clásicas que acompañaban de forma perfecta la tarde. Era como si cada bocado o sorbo que realizábamos iba acorde con las notas musicales que afloraban del piano. Finalmente comprendí porque ninguna visita a Ciudad del Cabo está completa sin tomar el té en el Mount Nelson Hotel.

Tras el concierto de dulce y salado dirigido por un armonioso té, llegó la hora de despedirnos. Prometimos a Sydney que volveríamos muy pronto, y de hecho así lo hicimos un mes después con unos amigos. La experiencia nos había impresionado gratamente y no queríamos dejar Ciudad del Cabo sin el placer de revivir otro high tea en el Mount Nelson. Ya cuento los días para nuestro retorno!